Directora de Campus Chiapas
¡Hola a todos! Soy Leticia Guadalupe Arévalo Cañas y estoy emocionada de compartir un poco sobre mi papel como embajador del cambio en mi día a día.
Para mí, ser un embajador del cambio implica ser el referente que impulsa a todos a abrirse al cambio, demostrando que, con trabajo colaborativo, actitud de servicio y empatía, podemos alcanzar las metas propuestas. Es un reto apasionante que estamos abordando con un enfoque matricial, donde la comunicación abierta entre equipos es clave para crear servicios más innovadores.
Desde mi posición, contribuyo a ser un embajador del cambio incentivando a que los retos diarios se resuelvan desde la raíz y aprendiendo de las mejores prácticas para avanzar. La comunicación efectiva es esencial, especialmente en estos tiempos de cambio continuo.
Estamos alineando nuestro proyecto hacia un cambio organizacional significativo, considerando la implementación de un nuevo plan de estudios disruptivo. Los resultados deben reflejarse en la atención a nuestros alumnos, docentes y empresas colaboradoras, siempre con el objetivo de ser mejores personas y crear un entorno positivo en todos los sentidos.
Hablando de estructuras, considero que una organización matricial en mi operación diaria traerá beneficios como mayor autonomía, cooperación entre departamentos y nuevas oportunidades para adquirir habilidades de dirección funcional o general. La apertura al cambio es clave para hacer que las cosas sucedan.
Colocar la formación del alumno en el centro es fundamental para nosotros, ya que nos dedicamos a proporcionar educación de calidad. La formación integral de nuestros alumnos, no solo académica, debe ser nuestro enfoque principal. Todos debemos contribuir para lograr el compromiso y pasión por lo que hacemos, buscando la excelencia en el servicio y creando un ambiente de calidad y calidez.
Al implementar el proyecto estratégico de reorganización, anticipamos beneficios como trabajo colaborativo, comunicación efectiva y una toma de decisiones más sólida. Esto nos llevará a una mayor eficiencia en el uso de recursos y a contribuir a la formación de mejores seres humanos para una sociedad en constante cambio, sin olvidar nuestros principios institucionales.
La cercanía entre campus y rectoría no solo se trata de proximidad física, sino de sentir que no estamos solos. Es la sensación de que los compañeros de la rectoría son parte fundamental para lograr metas conjuntas y encontrar apoyo cuando las situaciones se vuelven desafiantes. Estamos todos en el mismo barco de gran calado, trabajando juntos para alcanzar nuestras metas organizacionales.
Por último, quiero compartir un aspecto importante de mi vida: mi familia. Mi esposo y mis dos hijos son mi proyecto más significativo. Estoy muy orgullosa de ellos y agradecida a la EBC por haberme brindado la oportunidad de contribuir a muchas historias de vida de exalumnos, docentes y administrativos. Esto es lo que considero mi mayor contribución a la vida y mi huella para la posteridad. ¡A seguir avanzando juntos hacia el cambio y el éxito!