Jefe de Exu y Responsabilidad Social

Hola, soy Jorge Vargas Vélez, y me complace compartir contigo mi perspectiva sobre algunos temas que considero fundamentales en mi vida y en mi rol en la comunidad educativa.

En primer lugar, quiero hablar sobre la palabra que más me identifica en el contexto de la gestión del cambio: “Adaptación”. Para mí, la adaptación es una habilidad esencial en la vida, tanto en lo personal como en lo profesional. Significa ser capaz de ajustarse a nuevas circunstancias y desafíos de manera efectiva, sin perder de vista el objetivo principal. La adaptación implica pensar fuera de la caja, ser creativo y encontrar soluciones innovadoras cuando las tradicionales ya no funcionan. Es la capacidad de flexionar pero no romper, de ser resiliente en medio de la incertidumbre.

En mi papel como responsable del área de Extensión Universitaria y Responsabilidad Social, promuevo la adaptación al fomentar la creatividad, la innovación y la respuesta a las necesidades cambiantes en nuestra comunidad.

En primer lugar, promoviendo la creatividad y el pensamiento fuera de la caja al diseñar actividades extracurriculares y cocurriculares que desafíen a nuestros estudiantes a desarrollar y fortalecer habilidades permanentes. Fomentar la colaboración con la Sociedad de Alumnos para garantizar que sus iniciativas reflejen las tendencias actuales y las preocupaciones de la comunidad estudiantil. Además, a través de nuestras actividades de Responsabilidad Social, impulsamos proyectos que se adapten a las necesidades cambiantes de las comunidades locales. Esto incluye la promoción de programas que aborden problemas actuales, como la sostenibilidad ambiental y la inclusión social.

La idea de poner la formación del alumno en el centro es un enfoque que considero fundamental. Significa que todas las decisiones administrativas se toman en función del beneficio formativo de los estudiantes. Esto implica priorizar la excelencia académica, la inclusión, la equidad y la preparación de los estudiantes para contribuir de manera significativa a la sociedad. Es un compromiso a empoderar a los estudiantes como individuos y ciudadanos responsables, brindándoles una educación de calidad que no solo les dote de conocimientos, sino que también los forme como personas capaces de contribuir positivamente a la sociedad.

Hablando de la estructura de tipo matricial, su implementación como parte del proyecto estratégico de reorganización tiene beneficios significativos tanto para la institución como para los colaboradores.

Para la institución, estos beneficios pueden incluir una mayor adaptabilidad a las cambiantes demandas educativas y del entorno, una mejora en la calidad de la educación al poner el aprendizaje de los estudiantes como prioridad, una mayor innovación a través de la colaboración interdisciplinaria y una mayor retención y atracción de estudiantes gracias a una experiencia educativa más centrada en sus necesidades.

Para los colaboradores, la implementación de este enfoque puede llevar a una mayor satisfacción en el trabajo al ver el impacto positivo en los estudiantes, una mayor autonomía y participación en la toma de decisiones, un desarrollo profesional continuo y una cultura de trabajo más colaborativa y enriquecedora.

Los líderes de los campus y la Rectoría podrán interactuar de manera más cercana con estudiantes, profesores y personal administrativo, lo que ayudará a comprender mejor las necesidades y desafíos específicos de cada campus. Esto dará un mayor sentido de comunidad y pertenencia dentro de la institución.

Hablando un poco más sobre mi experiencia dentro de la Subdirección de Vida Estudiantil, durante la pandemia del 2020 obtuvimos logros notables. Un éxito destacado fue Club EBC, un mundo virtual que permitió a los estudiantes convivir, disfrutar de conciertos en vivo y participar en actividades a través de sus avatares. Se logró la transición de talleres presenciales a sesiones virtuales, así como la organización de eventos como la Semana Verde y de Impacto. Los proyectos, como Feria de Adopción, el voluntariado y el programa de Bienestar, siguen activos. Esta experiencia demostró nuestra adaptación y resiliencia, así como la unión de todos los Coordinadores en un esfuerzo para continuar fortaleciendo los perfiles los estudiantes.

Mi formación como Administrador del Tiempo Libre y maestro en Psicopedagogía me ha llevado a valorar la importancia de equilibrar el trabajo con el disfrute de la vida. Me encanta explorar la naturaleza, escalar y andar en bicicleta, actividades que me conectan con el mundo exterior. Además, soy un apasionado de los videojuegos, las películas, la lectura y la pintura.

Pero lo que más me llena de satisfacción es la posibilidad de que mis acciones tengan un impacto positivo en mi entorno y en la vida de quienes me rodean.